El país es uno de los principales fabricantes de la vacuna AstraZeneca y la decisión afecta las campañas de vacunación en algunas de las naciones más desfavorecidas.
Proceso de vacunación en Indida/ Divyakant Solanki/EPA, vía Shutterstock |
Por Jeffrey Gettleman, Emily Schmall y Mujib Mashal
Jeffrey Gettleman
NUEVA DELHI
— En un momento en el que la lucha contra el coronavirus empeora, India ha
restringido de manera drástica las exportaciones de vacunas contra la COVID-19, lo
que ha provocado un retroceso en las campañas de
vacunación en muchos otros países.
El gobierno
indio está reteniendo casi la totalidad de los 2,4 millones de dosis diarias
que fabrica el Serum Institute de India,
una empresa privada que es uno de los mayores productores de la
vacuna de AstraZeneca a nivel mundial.
India está desesperada por conseguir todas las
dosis posibles. Los contagios superan los
50.000 diarios, más del doble que hace menos de dos semanas. La campaña de
vacunación ha sido lenta: solo se ha vacunado a menos del cuatro por
ciento de los casi 1400 millones de habitantes del país, muy por
debajo de los índices de Estados Unidos, el Reino Unido y la mayoría de los
países europeos.
Hace unas
semanas, India era uno de los principales exportadores de la vacuna de
AstraZeneca, y aprovechaba la situación para ejercer influencia en el
sur de Asia y en todo el mundo. Más de 70 países, desde Yibuti hasta
el Reino Unido, recibieron un total de más de 60 millones de dosis de vacunas
fabricadas en India. Desde mediados de enero hasta marzo, los principales
envíos de vacunas salieron de India con pocos días de diferencia.
No obstante,
el tamaño de los envíos ha disminuido mucho en las últimas dos semanas,
según datos del Ministerio de
Asuntos Exteriores de India. Covax, el programa creado por agencias
donantes para comprar vacunas y distribuirlas en las naciones más pobres,
declaró el jueves que les había comunicado a esos países que casi 100 millones
de dosis previstas para marzo y abril se retrasarían debido a “una mayor
demanda de vacunas contra la COVID-19 en India”.
El gobierno indio no ha comentado públicamente el
estado de la exportación de vacunas y no quiso hacerlo cuando The New York
Times lo contactó para este artículo; sin embargo, los expertos en salud
afirman que la explicación es evidente: ante una segunda ola de contagios que
golpea al país, India se está aferrando a una vacuna que no desarrolló, pero
que se fabrica en su territorio en grandes cantidades.
El gobierno del primer ministro Narendra Modi, un nacionalista de mano
dura, tiene un control reglamentario sobre cuántas dosis de vacunas
pueden exportarse en un momento dado, y al parecer India va en la misma
dirección que la Unión Europea, que se está movilizando para frenar las exportaciones.
Adar Poonawalla,
director general del Serum Institute y descendiente de la familia
multimillonaria que dirige la empresa, se encuentra en una situación muy
incómoda. Al Serum Institute le interesa cuidar su reputación y mantener su
palabra con sus clientes extranjeros y con AstraZeneca, además de cumplir los
contratos que ha firmado.
No obstante,
Poonawalla ha sido cuidadoso de no decir nada negativo sobre Modi ni la presión
que su gobierno está ejerciendo sobre él. En cambio, ha apelado a la paciencia.
“El Serum
Institute de India ha recibido instrucciones de dar prioridad a las enormes
necesidades de la nación y, a la vez, equilibrar las necesidades del resto del
mundo”, publicó Poonawalla en Twitter a finales de febrero. “Nos
estamos esforzando al máximo”.
El Serum
Institute, ubicado en un extenso campus en la ciudad de Pune, acordó
suministrar vacunas a países de ingresos medios y bajos, según un acuerdo que firmó el año pasado con AstraZeneca, el gigante
farmacéutico que se asoció con los científicos de Oxford que desarrollaron su
vacuna.
Los problemas de producción en las instalaciones de AstraZeneca en Bélgica y los Países Bajos han hecho que naciones más ricas como Canadá, Arabia Saudita y el Reino Unido dependan también de las dosis del Serum Institute, lo que hace que la empresa sea aún más indispensable para la cadena de suministro mundial de la vacuna de AstraZeneca.
Un cargamento de la vacuna Oxford-AstraZeneca, fabricada en la India, llegó a Buenos Aires el mes pasado. India ha exportado más dosis de vacunas que las que ha suministrado a su propia población.Credit...Juan Mabromata/Agence France-Presse — Getty Images
India ha exportado más dosis de vacunas que las que
le ha suministrado a su propia población, a diferencia de Estados Unidos, el
Reino Unido y los Estados miembros de la Unión Europea.
Con una
población superior a la de África y cientos de millones de personas que viven
por debajo del umbral de la pobreza, India depende de su propio suministro de
vacunas, a diferencia de los países que se han abastecido de vacunas de
proveedores de todo el mundo. India produce una segunda vacuna contra la
COVID-19, desarrollada por Bharat Biotech, una empresa india, aunque la demanda
mundial de esa vacuna es mucho menor que la de la vacuna de AstraZeneca.
Es poco
probable que muchos países más pobres tengan acceso generalizado a las vacunas
sino hasta 2023 o 2024, y una interrupción prolongada de las exportaciones de
India podría retrasar esas fechas aún más, señaló Olivier Wouters, profesor de
Políticas Sanitarias de la London School of Economics que ha estado
analizando la cadena mundial de suministro de vacunas.
Afirmó que,
ante la propagación de nuevas variantes, a todos los países les interesa
trabajar juntos para vacunar al mundo.
“Muchos
países del mundo, sobre todo los más pobres, cuentan con India”, dijo Wouters.
“El nacionalismo en el tema de las vacunas nos perjudica a todos”.
Nepal, una
de las naciones más pobres de Asia y en colindancia con India, ha tenido que
interrumpir su campaña de vacunación. Nepal dependía en gran medida de las
dosis de la vacuna de AstraZeneca fabricada en el Serum Institute, pero al
agotarse sus reservas nacionales, Nepal dejó de administrar las vacunas el 17
de marzo.
Jhalak Sharma, jefe del departamento de inmunización del Ministerio de Sanidad de Nepal, dijo que el país había recibido una donación de un millón de dosis del gobierno indio y que ya había pagado el 80 por ciento del precio de los siguientes dos millones, pero que eso no parecía haber cambiado nada.
“No pudimos
conseguir la vacuna a tiempo”, dijo Sharma.
Las restricciones a la exportación de India,
añadió, “nos afectarán a nosotros y al mundo entero”.
Reino Unido
se encuentra en una situación similar. Hace varias semanas recibió cinco
millones de dosis del Serum Institute, pero lleva semanas esperando otros cinco
millones.
Uno de los
principales colaboradors del primer ministro Boris Johnson, Eddie Lister,
aprovechó un viaje a India esta semana para tratar de garantizar los
suministros prometidos por el Reino Unido, según las autoridades. Johnson
visitará India el mes próximo y algunos diplomáticos se han referido a su viaje
como una misión de alto nivel para asegurar millones de dosis adicionales.
Al mismo
tiempo, el Serum Institute ha comunicado a Marruecos, Brasil y Arabia Saudí que
esperen retrasos en los envíos, según Reuters. Marruecos se esfuerza ahora por conseguir más
vacunas rusas Sputnik V u obtener dosis de otras fuentes, según informan los
medios de comunicación marroquíes.
La capacidad
de fabricación del Serum Institute siempre fue fundamental para el plan de
hacer llegar las vacunas a los pobres. Un portavoz de AstraZeneca no quiso
revelar exactamente qué porcentaje del suministro mundial de su vacuna fabrica
Serum, pero un reciente comunicado de AstraZeneca calificó la contribución de
“sustancial”. Serum se ha comprometido a fabricar alrededor de un tercio del
total de 3000 millones de dosis que AstraZeneca dijo que produciría para
finales de 2021, aunque cumplir ese plazo parece cada vez más improbable.
La alianza entre Serum, que empezó como un rancho que fabricaba sueros a partir de sangre de caballo, y Oxford-AstraZeneca ha dado como resultado la vacuna Covid-19 más barata del mundo: sólo 2 dólares. Las vacunas desarrolladas por Pfizer y Moderna, en comparación, cuestan mucho más y requieren un almacenamiento en frío extremo, lo que aumenta la dificultad de adquirirlas.
El Serum
Institute también desempeña un papel importante en el programa Covax para las
naciones más pobres. Los documentos de la Organización Mundial de la Salud
muestran que se esperaba que la empresa india aportara 240 millones de dosis
para finales de junio.
No obstante,
los datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de India y la declaración del 25
de marzo de Covax indican que es probable que las campañas de vacunación en
todo el mundo se retrasen aún más.
El Serum
Institute ha suministrado a Covax 28 millones de dosis hasta ahora, según el
programa internacional. El Ministerio de Asuntos Exteriores de la India indicó
que 18 millones de dosis habían sido enviadas al extranjero en el marco de
Covax, lo que sugiere que unos diez millones de dosis de la vacunación nacional
de la India también procedían del programa, en el que se indica que la India
tiene derecho a una parte.
En cambio,
se han suministrado unos 34 millones de dosis en acuerdos comerciales y unos
ocho millones donados por el gobierno de la India como parte de su diplomacia
en materia de vacunas.
El 1 de
abril, India ampliará el criterio de elegibilidad y permitirá que cualquier
persona mayor de 45 años se vacune.
“Es una
situación variable”, comentó K. Srinath Reddy, experto en políticas sanitarias
de la Fundación de Salud Pública de India, sin fines de lucro. “Pero en este
momento, dado que el suministro de vacunas y la situación de la COVID-19 son
dinámicos, creo que es apropiado que el gobierno de India haga una pausa y
diga: ‘Vamos a mantener las reservas’”.
Benjamin Mueller colaboró con este reportaje
desde Londres; Bhadra Sharma desde Katmandú, Nepal, y Aida
Alami desde Rabat, Marruecos.
Jeffrey Gettleman es el jefe de la oficina del sur
de Asia, con sede en Nueva Delhi. Fue el ganador de un Premio Pulitzer en 2012
en la categoría Reportaje internacional y es autor del libro de memorias Love,
Africa. @gettleman
Emily Schmall es corresponsal para el sur de Asia,
con sede en Nueva Delhi. @emilyschmall
Mujib
Mashal es corresponsal de The New York Times para el sur de Asia. Nacido en
Kabul, escribió para revistas como The Atlantic, Harper’s, Time y otras antes
de unirse al Times. @MujMash
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