Gustavo Olivo Peña
miércoles, 08 de abril de 2009
Joseph Alois Ratzinger, el líder católico romano conocido como el Papa Benedicto XVI, envió un mensaje a la República Dominicana que ha levantado mucha roncha en el Gobierno.
Al momento de recibir las cartas credenciales del embajador dominicano ante el Vaticano, Víctor Grimaldi, Ratzinger emitió algunas opiniones sobre el país y expresó que las autoridades deben trabajar para erradicar “definitivamente” la corrupción, luchar contra la pobreza y el narcotráfico y fortalecer la honestidad, la transparencia, la independencia jurídica, el medio ambiente y los servicios sociales.
Estas críticas no deben sonar como cosa nueva a los funcionarios y dirigentes del PLD. Es lo que se ha venido reclamando desde hace muchos años, y no sólo a la presente administración del PLD, sino también a las pasadas de los opositores del PRD y del PRSC, igualmente corruptas y poco transparentes en el manejo de los recursos públicos.
En el fondo, no hay diferencias, excepto que el líder del PRSC se impuso con asesinatos, “caliesaje” y represión (nada que ver con el Balaguer santo que nos venden ahora y que el PLD y el PRD elogian de la boca para afuera sólo para hacerse los graciosos con los que se dicen balagueristas y reformistas).
Después de leer lo que dijo el obispo de Roma, pienso que han sido exageradas e hipócritas las reacciones de los funcionarios y dirigentes del PLD, y oportunistas las del PRD y el PRSC.
Aunque gocé mucho cuando algunos peledeístas “encuerdaos” le recordaron a Ratzinger su militancia en la noble causa de Adolfito Hitler.
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